Archivo documental digitalizado del activismo lésbico, conformado por el registro de producciones gráficas y teóricas, registros fotográficos y sonoros, encuentros reflexivos y acciones callejeras de grupos y activistas lesbianas de diferentes momentos históricos, múltiples posiciones políticas, y diversas geografías de Argentina. Está en permanente construcción, envianos tus aportes y colaboraciones.

lunes, 12 de febrero de 2007

Fugitivas del desierto

Las fugitivas del desierto
Por Susana Yappert, desde Neuquén

Valeria Flores nació en Capital, pero su familia se radicó en Neuquén cuando ella era muy pequeña. Macky Corbalán, nació en Cutral Có. Ambas son ánima y parte de un grupo de mujeres que -en Neuquén capital- ejercen activismo lésbico- feminista.
“Fugitivas del Desierto” nació en 2004 como grupo de reflexión que emergió de una necesidad muy concreta: profundizar en el mundo del lesbianismo. Hicieron su nido para contar sus historias personales, sus secretos. Todas compartían vivencias: el camino transitado en sus hogares y en su mundo laboral a la hora de hablar de sus preferencias sexuales: el parirse ante su propio ser y ante una sociedad desde una identidad distinta. Un sendero recorrido con sinuosidades y no exento de discriminación.

Cuenta Valeria que ella venía de un grupo feminista, pero que en un momento ese espacio se le hizo estrecho y buscó, inventó uno nuevo: “necesitaba un territorio en el cual pensarme como lesbiana. Sabía que no era la única. De hecho, comenzamos a trabajar la idea dentro de un grupo de amigas. Nos empezamos a juntar con otras chicas que tenían inquietudes similares y que queríamos hacer algo más que nuestras reuniones de corte amistoso. Por eso decidimos transitar un camino con tinte político, para abordar nuestra identidad sexual.

- Pero ¿qué dimensión abre lo político?
- Creemos que, en general, la sexualidad es lo más naturalizado que hay. La sexualidad aparece en la cultura como algo natural y dado, y la idea de politizarla consiste en ponerla en una red de relaciones de poder para demostrar que todo esto que aparece como dado es construido. Hay una norma que es la heterosexualidad, y esta heterosexualidad es heteronormatividad. En esta situación, todos los que se corren de la norma son silenciados o castigados.
Cuando se formó el grupo, lo llamaron grupo de reflexión de lesbianas y su punto de partida fue saber qué motivaciones e inquietudes tenía la población de lesbianas de Neuquén. Hicieron una encuesta que se repartió de mano en mano a 100 personas y tuvo una devolución de un 70 por ciento. La idea era hacer un sondeo de las condiciones en las que vivían las lesbianas en esta parte de la Patagonia.
El resultado, develador. Neuquén experimentó y experimenta un crecimiento sostenido. Se ha convertido en una de las grandes ciudades del interior y en polo de migración interna, a la que llega gente cotidianamente y no sólo por motivos económicos, según lo mostró este sondeo.
“Muchas lesbianas habían llegado aquí de otras provincias y huyendo- relata Macky-. El anonimato te permite vivir tu sexualidad de modo más libre. Supimos que hay muchas lesbianas en el ámbito docente, pero aclaremos que nosotras llegamos a indagar a un sector social determinado”.

Algunas cifras
El 75 por ciento de la muestra se considera lesbiana, el resto, bisexual. El 38 por ciento del total son docentes y el 23 por ciento empleadas. El 77 por ciento tienen estudios terciarios y/ o universitarios. El 31 son de Neuquén y el 21 de provincia de Buenos Aires. El 12 por ciento de estas últimas llegó a la capital para vivir su sexualidad más libremente. El 67 por ciento del total está en pareja y el 84 por ciento no tienen hijas o hijos. De las que tienen, la mayoría no saben que sus madres son lesbianas. En el 77 por ciento de los casos, la familia de origen sabe que son lesbianas y el 28 por ciento lo supone.
En cuanto a situaciones de discriminación, el 34 por ciento ha padecido el “secreto a voces” y rumores, el 20 por ciento un cambio negativo de conducta cuando se enteran que es lesbiana o bi; al 18 por ciento la han insultado en la calle y un 18 por ciento recibió chistes denigrantes, tanto por parte de mujeres como de varones. Los insultos más usados: ”tortilleras”, “tortas” y “mal cogidas”. El aislamiento y la depresión son dos de los problemas de salud más frecuentes entre las encontradas. El 75 por ciento ha hecho terapia psicológica.

- Fugitivas del desierto…Fugarse…Desierto…¿ Por qué?
 - Escribimos en un panfleto: “Así como en la Edad Media se escapaban del sistema de señorío, las lesbianas nos escapamos de a una de la heterosexualidad (Monique Wittig escritora lesbiana). Fugitivas escapando de la compulsividad heterosexual, esa forma se de sexualidad que se impone y sostiene como obligatoria. Fugitivas desafiando la presunción heterosexista, por eso nos llamamos lesbianas. Fugitivas porque huimos de la clase “mujer” como construcción patriarcal, pero compartimos la opresión con todas las demás mujeres. Fugitivas luchando contra la lesbofobia, el silencio, las diversas formas de violencia e invisibilización. Fugitivas porque nuestros itinerarios son inciertos y, a su vez, situados. Neuquén es un paisaje que, en el imaginario social, está asociado al desierto. El desierto patagónico es producto del imaginario del viaje imperial, y se fue constituyendo como el lugar ideal donde actualizar fantasías masculinistas y heterosexistas. Por lo tanto, el desierto así como la heterosexualidad, tampoco es un paisaje del orden de lo “natural”. Desierto y heterosexualidad son construcciones sociales que nos imponen la naturaleza como principio normativo y sobredeterminado. Son paisajes sociales cargados de significaciones políticas. Por eso somos fugitivas del desierto, lesbianas que huyen de esa construcción política del desierto como naturaleza, de la heterosexualidad como destino biológico.

El hilo con lo político
Tender este hilo las ató al orden de la cultura y- obviamente- al del discurso. Empezaron haciendo algo al estilo de los grupos de autoconciencia de las feministas de los 70'. Se contaban lo que les pasaba por el hecho de ser lesbianas en la calle, con amigos, en el trabajo, con la familia. Paralelamente, se nutrieron de material teórico, materiales clásicos sobre feminismo o lesbianismo. Interesadas en cuestiones vinculadas a sus derechos y con los de otras mujeres que viven discriminación o experimentan desigualdades de cualquier orden, focalizaron en la educación. Donde todo confluye y todo nace.
Valeria es docente de sexto grado de un colegio situado en un barrio marginal de Neuquén capital. “Allí impera un discurso fuerte. Los estereotipos de género están muy marcados. Te corrés y todo se mueve alrededor”, destaca. Allí, organizó un taller de sexualidad. Una ventana. “Es la primera vez que hago esta actividad. En la primera clase hice que las mujeres actuaran de varones y los varones de mujeres. Fue increíble la resistencia de los varones para hacer el juego. Mi taller me sirvió para ver cuán fuerte es la cultura en este sentido”.

-¿Y cómo fue esto de hacer público tu lesbianismo y ser docente ?.
- Cuando empecé a decirlo, cuando decidí salir del armario en cada relación que establecía, tuve de todo, incluido el rechazo, las resistencias. En el ámbito laboral- siempre trabajé en contextos más empobrecidos- me pasó que aparecieron mamás preguntándome por qué yo les transmitía “mi problema” a su hija; otras me cuestionaron, me preguntaron si eran verdad y también me pasó que un padre me increpó, vino muy enojado y me dijo que era un enferma y que no tenía por qué decirle a su hijo que yo era lesbiana. Me culpó prácticamente de la decadencia de occidente y cuando hizo un silencio le dije que yo tenía tanto derecho como él a vivir mi vida, pero que- fundamentalmente- le dije que yo era activista y que mis alumnos me iban a ver por la tele o en la radio, o en algún acto y si yo no me sinceraba con ellos no era bueno, en vista a mi grado de exposición. Se aplacó un poco. Me dijo que él y sus amigos hacían fiestas con lesbianas, que él lo llevaba a su hijo en el camión para que demostrara que era un varón y cosas por el estilo, pero como maestra yo no lo podía decir a su hijo que era lesbiana. Yo no quería que el nene se fuera del taller, entonces le propuse hacer una charla con su hijo para saber si su hijo tenía los mismos sentimientos que él. Negociamos que yo le iba a avisar cuándo trataríamos estos temas en el taller, para que él decidiera si quería mandar a su hijo al taller o no. El chico siguió asistiendo.
“Imagináte que en la escuela siempre aparece la pregunta: “¿Seño tiene novio, tiene marido, tiene hijos…?”. Y cuando yo asumí mi militancia, me propuse no ocultar mis preferencias sexuales. Si ellos, los chicos, preguntan, yo les cuento. Tuve suerte porque la directora siempre fue muy respetuosa y siempre me apoyó. El taller es una invención de Valeria, lo arma libremente. La respuesta fue heterogénea. Hay chicos interesados y chicos que no. Y se encuentran con una maestra que no deja pasar nada. “Insultos, cargadas, conductas cotidianas, juego, todo se revisa en mi clase. El lenguaje es el primer escalón donde podemos transitar estas cuestiones. Yo entro en la clase y digo “Buenos días chicos y chicas”. Me parece importante que empiecen a tomar conciencia de ciertas cosas a esta edad. La idea de hacer de esto una militancia, de abordarnos desde lo político tiene que ver con que estamos inmersas en una red de relaciones. Una red de relaciones que- obviamente- no está exenta de la temática del poder…”

“En el mercado del deseo cualquiera puede elegir”
“Nuestro activismo es diferente al de la CHA- aclaran- Nos movemos en un campo más artístico, dentro de un lenguaje abierto y en ese universo apuntamos a problematizar, a reflexionar dentro del orden del lenguaje. Muchas lesbianas somos docentes. Queremos abrir significados que están estancos, cerrados, que son herméticos. Nos importa el territorio de los significados culturales y creemos que la política está en todo”, agrega Macky, poeta y periodista.
“Las Fugitivas del Desierto” tienen un grupo de choque, “Las Trolas del Desierto”, se trata – según ellas- de un activismo más pendenciero. Hacen pintadas en la calle. Sorprenden el sentido común. Tiran mensajes. Botellas al mar. Pero sobre todo, apuestan a la política y al arte como herramientas de denuncia y de cambio.
Hace unos días inauguraron una muestra fotográfica lésbica y hace unos meses hicieron una campaña en la órbita del Ministerio de Salud para que ginecólogos y ginecólogas cambien las preguntas claves de la consulta.“Te abordan en una entrevista, en un control de rutina, con un interrogatorio netamente heterosexual y – entre los facultativos- muy pocos son concientes de esta situación”.
El año pasado se realizó en la capital neuquina el primer festejo del orgullo gay de la Patagonia, en él las Fugitivas se presentaron en sociedad para decir a todos que en este sur hay muchas cosas por hacer, que ellas tienen derechos y que en el mercado del deseo cualquiera puede elegir.

Fuente : Artemisa Noticias - 12-02-2007

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