Comunicado de nuestras familias y organizaciones
Rosario, Junio de 2010
Las
familias formadas por gays, lesbianas, trans y bisexuales, reunidas en
el Primer Encuentro Nacional de Familias en la ciudad de Rosario los
días 5 y 6 de junio de 2010, damos cuenta de que nuestras familias ya
existen. Y existen por nuestra voluntad, nuestro deseo y nuestro
compromiso. Desde hace varios años criamos a bebés, niñas, niños y
adolescentes a quienes hemos gestado usando o no tecnologías
reproductivas, adoptando o quedado a su guarda y cuidado por
circunstancias vitales diversas. Somos miles y diversas las familias
constituidas por personas gltb de todo el país y de todas las clases
sociales.
Algunas de nuestras familias son armoniosas y otras no.
Tenemos alegrías y problemas como todas las familias. No somos familias
perfectas ni ajenas de conflictos, pero pretendemos buscar lo mejor para
nuestras hijas y nuestros hijos en un contexto que no siempre está
dispuesto a recibirnos, acompañarnos, escucharnos, aprender con nosotrxs
y celebrar la diversidad en todos sus aspectos. La
homo/lesbo/trans/bifobia social es el mayor obstáculo que nuestras hijas
y nuestros hijos encuentran para crecer libremente.
Numerosas
legislaciones nacionales y acuerdos internacionales garantizan en teoría
derechos a nuestras familias y a nuestrxs hijxs pero en la práctica
estos derechos no se cumplen o se nos impide ejercerlos. El mayor
obstáculo para el ejercicio pleno de nuestrxs derechos reside en el
reconocimiento de unx sólo de las madres o padres de nuestrxs hijxs.
Nosotrxs mismxs como individuos y como parejas y nuestras familias nos
vemos expuestxs diariamente a una vulneración sistemática de nuestros
derechos. Aún cuando algunos están ya contemplados en la normativa
nacional o internacional.
Entre sus derechos, la Convención
Internacional por los derechos de Niños, Niñas y Adolescentes garantiza a
todxs lxs niñxs el derecho a la identidad, es decir, a ser reconocidxs
como hijxs de lesbianas, gays y trans, con más de una madre o un padre.
También garantiza la integridad familiar. Sin embargo, en caso de muerte
de la madre o el padre legalmente reconocidx. Nuestrxs niñxs pueden ser
alejadxs de su madre o padre no legalmente reconocidxs. Si unx de las
madres o padres es inmigrante tampoco hay garantías de que se preserve
la integridad familiar si la inmigración no está formalizada, porque
corren riesgo de ser deportadxs. Nuestrxs niñxs tienen derecho a ser
escuchadxs en juicios cuando se tratan asuntos que les afectan, como por
ejemplo, los que tienen relación con sus familias.
Las leyes
laborales nacionales que reconocen derechos de las y los trabajadorxs en
el sistema formal no tienen en cuenta las prerrogativas de nuestras
familias. La madre o el padre que no tiene el reconocimiento legal no
puede extender la cobertura de su obra social, o el beneficio del seguro
de vida, no percibir el salario familiar o pedir licencia por
nacimiento, adopción o enfermedad de sus hijas o hijos. Nuestrxs niñxs, a
su vez, están siendo violentadxs en su derecho a recibir estos
beneficios.
Nuestrxs hijxs no tienen garantizado su derecho a ser
cuidadxs por sus madres o padres legalmente reconocidos ya que sus
padres o madres sin reconocimiento legal serán consideradxs extrañxs por
el sistema de salud. De esta forma, se ignora su opinión en la toma de
decisiones, no se les brinda información médica e incluso se les impiden
las visitas o la permanencia junto a su hijx si necesita internación.
La madre o el padre legalmente reconocidxs se ven forzadxs a estar
disponibles en forma permanente para interactuar con el sistema de salud
y si no lo están lxs médicxs pueden recurrir a sus familias legales a
pesar de la existencia, presencia, compromiso y legitimidad de la madre o
padre no legalmente reconocido aún cuando esxs parientes no manifiesten
ningún respeto por nuestra familia.
La misma situación se presenta
en el ámbito de educación. En estas comunidades sólo la madre o el padre
legalmente reconocidxs serán requeridxs y validadxs debiendo estar todo
el tiempo disponibles. La interacción de la madre o el padre no
legalmente reconocidxs con el sistema educativo queda supeditada a la
buena voluntad, apertura y compromiso con la diversidad de cada
establecimiento jardín de infantes o escuela. Por otra parte, si
nuestras hijas o hijos quisieran o tuvieran que salir del país con su
madre o padre no legalmente reconocidx se requerirían trámites y
autorizaciones especiales más allá del acuerdo que se pide en caso de
madres y padres heterosexuales como si se tratara de extrañxs.
En
caso de separación de las madres o los padres lxs derechxs de cada
integrante de la familia quedan en riesgo. Nuestras hijas e hijos no
tienen garantizado el apoyo económico, en la forma de cuota de
alimentos, de parte de su madre o padre no legalmente reconocidx, cuota
que tienen garantizada todxs lxs hijxs de parejas heterosexuales casadas
o unidas de hecho. Tampoco tienen garantizado la continuidad del
vínculo con su madre o padre no legalmente reconocidx y con su familia
extensa (abuelxs, tíxs, prmxs, etc.) y ni siquiera tienen garantizada la
continuidad del vínculo con sus hermanxs si su reconocimiento
corresponde a distintos miembros de la pareja. Las madres o padres
legamente reconocidxs corren riesgo de sostener exclusivamente por sus
medios a sus hijxs y lxs no legalmente reconocidxs corren riesgo de
perder contacto y quedar afuera de las vidas de sus hijxs.
Nuestras familias son constituidas siempre a partir del deseo, nuestrxs
hijxs son deseadxs y buscadxs. Pero no somos mejores ni peores que el
conjunto de familias formadas por heterosexuales. No somos desviadxs, ni
enfermxs, pero nos negamos a tener que demostrar que somos “normales”.
No reconocemos un modelo o una familia que pueda ser considera “normal”.
Menos aún una familia en relación a la cual se evalúe al resto. La
insistencia en tener que demostrar normalidad conlleva implícita la
patologización de la existencia gltb, es heterosexista y ejerce un
efecto nefasto sobre nuestras familias y sobre nuestrxs hijxs, sometidxs
a escrutinio constante. Nuestrxs hijxs serán buenxs o malxs alumnxs,
buenxs o malxs compañerxs, alegres o tristes, heterosexuales, gays,
lesbianas, bisexuales o trans. Nuestras hijas y nuestros hijos tienen
pleno derecho, como todas las niñas y todos los niños a explorar
libremente su propia identidad sexual y de género sin violencias ni
condicionamientos.
En este marco, demandamos la modificación de
leyes, de su interpretación y la sanción de otras nuevas de forma de
garantizar integralmente todos nuestros derechos humanos. El cambio más
importante en relación a nuestras demandas, en tanto que habilitaría
todas las modificaciones necesarias para asegurarnos el pleno ejercicio
de esos derechos, es el vinculado al concepto de familia. Las leyes
nacionales y provinciales y las normativas municipales no pueden seguir
guiándose por un concepto de familia nuclear heterosexual como único
modelo válido. Esto excluye a un gran número de familias heterosexuales y
a todas las familias gtlb en un acto flagrante de discriminación e
inequidad social, cultural y económica. El concepto de familia, basado
en la ideología patriarcal, debe ser reemplazado por un concepto amplio e
inclusivo que de cuenta de las múltiples conformaciones familiares que
existen hoy en la sociedad argentina.
Específicamente,
necesitamos y reclamamos la modificación del texto o de la
interpretación de las leyes de filiación, adopción, matrimonio civil,
laborales y de migraciones con la intención de lograr que se basen en
concepciones de pareja y familia amplias y no discriminatorias.
Reclamamos que nuestras parejas y familias sean reconocidas e incluidas
en el diseño, implementación y ejecución de todas las políticas públicas
tales como planes sociales, planes de vivienda, acceso al crédito,
campañas y programas antidiscriminatorios, programas educativos,
promoción de la salud, etc. En este sentido, nos adherimos a la Campaña
por la Convención Interamericana de Derechos Sexuales y Derechos
Reproductivos. Su cumplimiento representaría un avance en los
compromisos de los estados de la región con los derechos sexuales y los
derechos reproductivos de todxs los habitantes.
En particular,
reclamamos al estado nacional y a los gobiernos provinciales y
municipales una modificación integral de la currícula escolar por la
potencia de las instituciones educativas como agentes formadores y
transformadores de la cultura. Por último, queremos destacar nuevamente
que el reclamo por nuestra igualdad jurídica lejos de ser una cuestión
formal para nosotras y nosotros se vuelve una cuestión vital. Las
personas lgtb vivimos en un contexto de hostitilidad y violencia que
admite el asesinato de Natalia Gaitán, fusilada por lesbiana en Córdoba
el 7 de marzo de 2010 por Daniel Torres, padrastro de su novia.
Reiteramos la exigencia de justicia para Natalia e instamos al ejercicio
de una verdadera democracia en un marco de plena ciudadanía donde los
crímenes contra las personas gltb ya no tengan lugar.
Firman:
Organizaciones:
Lesmadres –la madre y la madre que l@ parió, Juventud de la Federación
Argentina LGBT, Las Safinas, Desalambrando – Buenos Aires, La Fulana,
Cooperativa de Trabajo para Travestis y Transexuales Nadia Echazú, Área
de Diversidad Sexual de la Municipalidad de Rosario, FHOIAR (Familias
Homoparentales Integradas Argentinas), RIMA (Red Informativa de Mujeres
de Argentina) y Mis Mamás Rosario.
Activistas: Emiliano Marello,
Luciano García Lo Bello, Karina González, María Laura Rojas, Marcela
Costa, Marcelo Zelarallan Soledad De Sensi, Gabriela Bacin, Florencia
Gemetro, María Luisa Peralta, Julieta Bonazza, Natalia Rodríguez,
Luciana Da Silva, Maria Eugenia Sarrias, Roberta Saccoccio, Verónica
Ortolano, María Inés La Greca, Ivana Otero, Romina Reinaudo e hijos,
Yamila García, Guido Vespucci, Verónica Capriglioni, Laura García, Irene
López, Paula Isabel Peyre, Ana María Tovo, Elizabeth Cancino, Geraldine
Carrizo, Rubén M. Castillo, Laura Vernetti, María del Carmen Regnicoli,
Claudia Cándido, Silvina Massa, Mercedes Monjaime y Aguiar, César
Bozzini, Mariela Morandi, Javier Vanay, Irene Ocampo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario