textos preparados
Yuderkys Espinosa Miñoso
Sobre la situación del movimiento lésbico en Argentina hoy
Quiero poner sobre la mesa algunos puntos:
1. La manera en que en la última década se ha dado lo que yo llamo un traslado del epicentro de la acción del movimiento de lesbianas desde Buenos Aires hacia el “interior”, o sea lo que podríamos llamar un proceso de traslado de la acción lesbiana y lesbiana feminista del centro a la periferia. Algo que se puede rastrear desde mediados de la primera década de este siglo en un momento de ruptura y desgaste del antiguo movimiento de lesbianas feministas asentado en Buenos Aires y que había vivido sus momentos de gloria a mediados de la década de los 90. Ese desgaste debido a múltiples factores que no da para abordar en unos pocos minutos, se percibió en el momento en que nuevas actoras y sujetos entraban a la escena política dejando ver los límites de la antigua acción. La capacidad de respuesta ante este giro determinó la posibilidad de subsistencia o no en el nuevo contexto. Parte del nuevo escenario estuvo definido por la aparición de nuevas generaciones activistas de lesbianas y lesbianas feministas distribuidas en todo el territorio nacional, y digo, que de allí surgirían las nuevas caras, muchas de ellas hoy aquí, que liderarían el movimiento en este último tiempo.
Sobre la situación del movimiento lésbico en Argentina hoy
Quiero poner sobre la mesa algunos puntos:
1. La manera en que en la última década se ha dado lo que yo llamo un traslado del epicentro de la acción del movimiento de lesbianas desde Buenos Aires hacia el “interior”, o sea lo que podríamos llamar un proceso de traslado de la acción lesbiana y lesbiana feminista del centro a la periferia. Algo que se puede rastrear desde mediados de la primera década de este siglo en un momento de ruptura y desgaste del antiguo movimiento de lesbianas feministas asentado en Buenos Aires y que había vivido sus momentos de gloria a mediados de la década de los 90. Ese desgaste debido a múltiples factores que no da para abordar en unos pocos minutos, se percibió en el momento en que nuevas actoras y sujetos entraban a la escena política dejando ver los límites de la antigua acción. La capacidad de respuesta ante este giro determinó la posibilidad de subsistencia o no en el nuevo contexto. Parte del nuevo escenario estuvo definido por la aparición de nuevas generaciones activistas de lesbianas y lesbianas feministas distribuidas en todo el territorio nacional, y digo, que de allí surgirían las nuevas caras, muchas de ellas hoy aquí, que liderarían el movimiento en este último tiempo.